La Finalidad de la Vida

Nuestra Escuela Iniciática enseña enfáticamente que la finalidad de la vida aquí en la tierra, es la autorrealización personal de cada ser humano, tanto a nivel individual como a nivel planetario. Incluso acaso, la más plena autorrealización posible de la que seamos capaces de lograr. Orientamos toda nuestra ética yoguico-cristiana hacia esta gran Meta. Toda la combinación de modalidades yoguis que enseñamos, conduce invariablemente a ella. 

Comenzamos por tratar de entender la vida desde una perspectiva indo-cristiana para ir progresando en conocimiento y experiencia, hacia más elevadas alturas. Esto nos produce una felicidad, que resulta increíble para el que ignora los altos estados de conciencia, además de proporcionarnos una fuerte seguridad en la vida. Nosotros aprendemos a vivir y a gozar de la vida. Aprendemos a "pasar a través" de las adversidades saliendo más fortalecidos que nunca, y habiendo aprendido lecciones que para nosotros son altamente valiosas. 

Una Escuela de Yoga que sea iniciática, transforma la vida de la persona. Puede que tus intereses sean solamente mejorar tu salud, hacerte más ágil, rejuvenecer, embellecer tu cuerpo, tu silueta, etc.  No importa. Todo es legítimo y deseable, aunque a algunos les pueda parecer metas algo superficiales. Porque detrás de todo esto, existen ideales estéticos y éticos -inconscientes tal vez-, de algún tipo de autorrealización. Puede ser el Primer Paso para ir más lejos. Pero, si quieres, desde el principio, y dando unos pequeños pasitos más, te encontrarás con que nuestra filosofía yogui-indo-cristiana, llena tu vida de satisfacción y te ayuda a alcanzar todos tus objetivos. Sean éstos materiales o espirituales.  O ambos tal vez.

También puedes empezar por llenarte de Conocimiento, con el que vas a mejorar tu vida inmediatamente, especialmente en el ámbito psicológico y espiritual (lo cual, también repercute en tu salud corporal). Es el Gñana Yoga Cristiana, la teología mística y profunda de la Iglesia Primitiva, que, juntamente y contrastada con la teología oriental, produce una amplitud de mente y de espíritu de la que poca gente del mundo puede disfrutar. Y además, te enseña a enfocar la vida de forma correcta.